martes, 6 de octubre de 2009

VENI, VIDI NEQUE VINCI



Alguien debió haberle dicho al bueno de Barack antes de su discurso, que København pese a escribirse de esa forma, no pertenece a Turquía. Que frente a él, no tenía a las tropas de Farnaces II. Y que en juego no estaban las tierras del Ponto.
Aquellos años ya pasaron. Esa mañana del 2 de Octubre de 2009 en Dinamarca, en juego estaba la elección de Chicago como sede Olímpica para 2016 y tenía frente a él a un elenco de miembros del C.O.I. con la única intención de evaluar su discurso.

Madrugó la representación estadounidense ya que fueron los primeros en defender proyecto. Partían con la baza de que por primera vez, un Presidente de los Estados Unidos de América, iba a ayudarles a ‘ganar la batalla’. El ‘Efecto Obama’ se esperaba, se dio y se anunció en las horas previas a bombo y platillo. Todo estaba preparado para que el diploma de ‘Ciudad Sede’ viajara en vuelo presidencial en el Air Force One.
A los miembros del Comité Olímpico Internacional les gustó ese guiño que tuvo el novel presidente. Lo tomaron como un gesto importante de apoyo hacia su candidatura en particular y hacia el olimpismo en general. ‘Yes we can’ parecían decir algunos dentro de la delegación de las barras y estrellas. Era todo tan idílico que por algún punto debía tener la fisura el bote. Y así fue.

Las barras comenzaron a estrellarse cuando se supo que aquel gesto no iba a durar demasiado. Al tiempo que Michelle Obama daba paso a su marido, el avión presidencial le daba al contacto para empezar a calentar motores. Fue pisar suelo terrenal bajo el atril, y faltó tiempo para salir echando chispas de vuelta a casa. “We’ve done it” se dirían para sus adentros.

La Primera Dama había hecho su trabajo, intentando tocar la fibra sensible a los miembros electores. Nombró a su difunto padre y habló de que tenía el sueño de ver la “Llama Olímpica” por fin alumbrando su ciudad.
Su marido también cumplió con su cometido. Hasta el bueno de Jacques Rogge (Presidente del C.O.I.), se hizo la foto con él en la entrega del Diploma como ‘Ciudad Candidata’. Lo dicho, todo correcto hasta la espantada.

Voló el Air Force One sobre ‘La Sirenita’ y volaron con él las posibilidades de Chicago. La ciudad que vio triunfar al histórico 23, se quedaría en pocas horas sin los Juegos número 31 de la era moderna. Y es que Barack hizo historia en unas elecciones pero el “Llegué, vi y vencí”, se lo dejaremos para los restos a aquél Julio Cesar que a su vuelta de la Batalla de Zela, dijo al Senado“Veni, vidi, vinci”.

Enhorabuena Río.

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