viernes, 12 de marzo de 2010

ENTRE AQUEL SEIKO 133 Y EL ‘MUNDIAL CIEGO’


Las imágenes nos muestran al líder de la prueba. Iván camina de espaldas a un foso que en breve puede pasar de ser aliado a cruel enemigo. Al girar un segundo la cabeza se le nota tenso, es la única vez que le he visto inseguro sobre el tartán. Ante él, el rival más difícil que jamás se encontró como confesó en numerosas ocasiones. Las imágenes dejan paso al protagonista del momento. Camina seguro de sí mismo. Llegó prácticamente como un desconocido y puede tocar la gloria.

Ahí está Lamela. Yago Lamela, sexto intento, tiene 8,42 y por supuesto la plata. Busca el oro”.

Los compañeros de La 2 nos describían el momento y se les notaba nerviosos. En las imágenes, paso firme, hombros armados, mirada al piso…alza la vista mientras se acerca a la línea imaginaria que le marca el talonamiento,
SEIKO 133 en espalda y pecho. Se siente fuerte y como si de una trama de Hitchcock se tratara, en un segundo plano el cubano Pedroso observa la jugada. Líder tras perseguidor. El asturiano pide palmas. Quiere sentir que el pabellón al completo está atento a su momento.

El oro vale 8,46. Nunca jamás un español ha estado tan cerca de ser Campeón del Mundo”.

Último vistazo al público japonés allí congregado. Media melena característica. Las imágenes vuelven con el posible campeón superado. Iván Pedroso, el más grande de la disciplina para muchos no quiere mantener la mirada fija en el pasillo. Puntera del pie falcada al sintético, tres balanceos y primera zancada de aproximación. El avilesino comienza su carrera de acercamiento a la tabla y los españoles con él. Diecinueve pasos marcados a la perfección. El salto ha sido válido. Bandera blanca en alto. La tabla y un tobillo izquierdo privilegiado le han mandado más allá de los ocho metros y medio. Al caer un saltador sabe de sobra si el intento ha sido bueno y Yago sale rebotado de la arena. Sabe que ha volado donde nunca nadie en su país lo ha hecho. ¡Qué salto, qué salto!” gritan los comentaristas, incluso les traiciona el subconsciente y llegan a soltar un “¡Puede haber récord del mundo!”, aunque rápidamente rectifican. Saben que están acercando a los amantes del deporte madre un momento histórico, pero aun nadie es capaz de acertar cuan histórico llegará a ser. El atleta ataviado de roji-gualda no sabe dónde mirar. Mira al juez, a la grada, busca a su entrenador… se tapa la cara, nunca sabe uno cómo comportarse cuando eres consciente de que ha hecho algo grande.

Puede haber más de 8,46


La señal de televisión nos muestra al juez clavando el medidor que nos disipará dudas. Mientras el aparato digital hace público el veredicto, se repiten secuencias de un salto para la historia. Las primeras repeticiones de un salto que quedará en muchas retinas. Primero se ve la imagen de la batida y queda claro que ha apurado al máximo, un centímetro separa la punta de su zapatilla de la plastilina delatadora. El acercamiento ha sido preciso, la batida intachable y la caída como mandan los cánones: donde pongas los pies dejas caer el culo. No ha perdido ni un centímetro.
La marca aun no ha aparecido en los marcadores. “Hay una enorme expectación…¡Ocho cincuenta y seis! ¡Nuevo récord de España y ocho centímetros por encima de Pedroso que ha de saltar ahora! Va a ser muy difícil que olvidemos este salto de longitud de hoy…”.

Con su permiso corregiré al compañero de la televisión nacional. Difícil no, imposible. Quedaba un salto después de este del español y el cubano sacó la casta y se hizo en el oro en el último intento de la serie. El oro a la isla atlántica y a tierra patria volaban una plata y un récord continental que tardaría diez años en ser batido. Nadie olvidará aquel momento y el espectáculo plástico que nos regalaron dos grandes de este deporte. Yago Lamela e Iván Pedroso, ahí queda eso. Esto ocurrió hace once años en Maebashi ‘99. Campeonato Mundial bajo techo en Japón. ¿Quién dijo que este deporte no regalaba espectáculo? Pues esto es lo que el buen hacer de las televisiones españolas nos están privando de ver. El ‘Mundial ciego’ ya ha comenzado y en lo que a retransmisiones atléticas refiere, España acaba de tocar fondo.

Mucha suerte a los participantes y un abrazo a los cerebros que no compraron los derechos.

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